En cuanto alcanzó la mayoría de edad, Michelle Arnold, el hijo menor de una familia noble sureña, fue enviado al norte —casi vendido— para casarse. Su prometido: el frío amo del Norte, Ian Shelleg. Pero cuando Michelle llegó, no le esperaba el castillo prometido, sino una pequeña y apartada mansión… «Durante el próximo mes, te serviré en lugar de mi amo. Me llamo Ain». Allí, en vez de Ian Shelleg, estaba su sirviente, Ain, esperando a Michelle. Le dijeron que era para ayudar al noble sureño a adaptarse al desconocido Norte, para enseñarle sus modales y costumbres antes de la boda. Con su cabello negro, ojos azules y expresión gélida, Ain, que se parecía tanto a su amo, preguntó con esa misma voz escalofriante: «¿No te lo dije? Te enseñaré a ganarte el corazón de mi amo… incluso en una sola noche». Y así comenzó el entrenamiento —día y noche— para conquistar el corazón de Ian Shelleg. Un sirviente que reflejaba a su amo… ¿Fue mera coincidencia… o algo deliberadamente planeado?
Cargando comentarios...