Antes del tiempo y la materia, sólo existía el vacío eterno. De él surgieron las fuerzas primigenias, entidades intangibles cuya unión forjó Ransha, un reino donde la creación y la destrucción danzan en eterno equilibrio. Dotada de libre albedrío, la humanidad dio forma a este mundo a través de maravillas de esperanza y tragedias de desesperación, forjando ciclos de luz y sombra. Ahora, cuando antiguos lazos se agitan y las profecías despiertan, cada decisión reverbera más allá de los límites del tiempo y el espacio.
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