Rowena, la hermanastra adorada por todos. Y Siche, la nueva hija mayor del conde, que no albergaba más que odio hacia ella. —Rowena, te odio… te odio de verdad —declaró Siche con la voz desgarrada por la angustia. Después de perderlo todo, decidió acabar con su vida frente a los ojos de Rowena. Así fue… o al menos, eso parecía. —¿Rowena, verdad? Entonces… ¿significa que ahora seremos familia? En una cruel ironía del destino, la vida volvió a comenzar. Implacable. Insoportable. Arrojando a Siche, una vez más, al mismo ciclo de desesperación.
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