Reencarné como la villana en la novela erótica y decadente para adultos ¿Por qué aquella dama rodó por el jardín de rosas?. Y para colmo, abrí los ojos justo en el momento en que estaba a punto de lanzarme sobre el emperador en su cama. En ese instante pensé que estaba muerta sin remedio. Enoch Philip Diehart, ese era su nombre. Un tirano que detestaba el contacto físico más que nada en el mundo. Pero este hombre… tiene algo extraño. “Hoy me prometió que me dejaría tocarla. Incluso elegí ropa fácil de quitar.” Parece que tiene gustos bastante peculiares. “Todos mis primeros momentos fueron contigo. Por eso, Liana, me gustaría ser esa persona para ti también.” Y a veces parece alguien herido, casi tierno. Como si eso no fuera suficiente, ahora anda siguiéndome a todas partes, llamándome su cura, la única capaz de derretir el hielo que lleva incrustado en su corazón… Majestad… ¿seguro que solo quiere que derrita ese hielo?
Cargando comentarios...