Fiscal de la Península

Xu Jingwen transmigra a Corea del Sur y, al inicio, contraataca asesinando al hermano gemelo que intentaba matarlo. Aprovechando que son idénticos, usurpa la identidad de su difunto hermano y se adueña de su puesto como fiscal, su casa y hasta su prometida. Haciéndose pasar por él, decide volverse una buena persona y eliminar por completo a los funcionarios corruptos y criminales. Sin embargo, en su primer día de trabajo descubre que… ¡el corrupto era él mismo!