Los asesinos… nunca han sido como los héroes de los cuentos de fantasía. Su labor siempre ha sido limpiar las sobras, eliminar cabos sueltos, desaparecer en las sombras. Nunca son reconocidos. Y muchas veces mueren sin que nadie los recuerde. Incluso si llegan a sentir una ligera esperanza, su destino no cambia: nacer, crecer y morir por el reino.
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