Gilfas El-Dragon, el legendario fundador de la casa El-Dragon, se convirtió en el guerrero más fuerte con un único fin: la búsqueda insaciable del dominio marcial. Para poder llevar su poder al límite por toda la eternidad, consumió el Fruto del Dragón Divino, un manjar del que se rumoreaba que otorgaba la inmortalidad. Sin embargo, el rumor resultó ser falso. El cuerpo de Gilfas envejeció y, tras una larga vida, exhaló su último aliento en brazos de su hijo… O eso parecía. Al abrir los ojos, descubrió que había reencarnado mil años en el futuro como un bebé dentro de su propio linaje, bajo el nuevo nombre de Zieg El-Dragon. Este nuevo mundo no solo estaba amenazado por un enemigo desconocido para él, una fuerza llamada el [Caos], sino que su propia familia ahora se regía por una ley brutal y despiadada: la supervivencia del más fuerte. En medio de un mundo que ya no reconocía, lejos de sentir desesperación, Zieg sintió un éxtasis salvaje. «¡Esta vez, nada me impedirá alcanzar la verdadera cima del poder!».
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